Espacialidad

Querido diario, si en la última clase hablábamos de direccionalidad y de precedencia (efecto Haas) hoy vamos a tratar el tercer efecto psicoacústico que se une a los otros dos para completar con la explicación. Recordemos la introducción:

Los sonidos reales se originan en fuentes que están ubicadas en ún lugar, dando origen a dos tipos de sensaciones: la direccionalidad y la espacialidad. La diferencia en la percepción entre nuestros oídos izquierdo y derecho se denomina precedencia.

 Espacialidad: 
La espacialidad nos permite asociar un sonido con el ambiente en el cual éste se propaga, y estimar por ejemplo las dimensiones de una habitación o una sala sin necesidad de recurrir a la vista. La espacialidad del sonido depende de varios factores. El primero es la distancia entre la fuente y el oído. Esto está vinculado a la familiaridad que se tenga con una fuente sonora específica (o un tipo de fuente). A mayor distancia, la presión sonora es menor, lo que hace que si se conoce la fuente, se pueda tener una idea de la distancia. Por ejemplo, si escuchamos a alguien hablar normalmente, podemos saber si se encuentra cerca o lejos. Si se trata de una fuente desconocida, el cerebro la asociará inconscientemente con alguna fuente que resulte más familiar. 

El segundo factor lo constituyen las reflexiones tempranas. En el descampado, la onda sonora generada por una fuente se aleja indefinidamente atenuándose hasta volverse inaudible. En un ambiente cerrado, en cambio, la onda sonora se refleja en las paredes múltiples veces. Las primeras reflexiones se denominan reflexiones tempranas. Las reflexiones tempranas proveen al sistema auditivo una clave temporal que se relaciona con la distancia entre las paredes, lo cual a su vez se vincula al tamaño del ambiente. Esto crea la sensación de ambiencia.

El tercer factor que hace a la espacialidad del sonido es la reverberación. El fenómeno de la reverberación se produce como consecuencia de las numerosas reflexiones tardías del sonido. Mientras que las primeras reflexiones (las reflexiones tempranas) están distanciadas considerablemente, las subsiguientes comienzan a superponerse entre sí, debido a que aparecen las reflexiones de las reflexiones, y luego las reflexiones de las reflexiones de las reflexiones, y así sucesivamente. Esto lleva a que al cabo de unos pocos instantes se combinen miles de reflexiones que dan origen a la reverberación.

El efecto más conocido de la reverberación es el hecho de que el sonido se prolonga aún después de interrumpida la fuente. Por ejemplo si golpeamos las manos, aunque el sonido generado es muy corto, “permanece” en el ambiente durante algunos instantes. El tiempo de permanencia, o tiempo de reverberación, depende de las características acústicas del ambiente, y nos da una clara sensación de espacialidad que puede y debe ser aprovechada en audiotécnica para evocar ambientes de gran realismo.
El último factor que interviene en la sensación de espacialidad es el movimiento de la fuente. Muchas fuentes son fijas, pero otras son móviles, y la movilidad es percibida a través no solo del desplazamiento evocado por la dirección de procedencia del sonido, sino por el denominado efecto Doppler, por el cual la frecuencia de una fuente móvil parece cambiar. Así, cuando una ambulancia se acerca a nosotros, la altura (frecuencia) del sonido emitido por la sirena es mayor (más agudo) que cuando la ambulancia se detiene. Cuando, contrariamente, ésta se aleja, la altura baja, (más grave). Este efecto depende de nuestra posición y de la velocidad a la que se mueve la fuente sonora. Tiene aplicación en producciones audiovisuales, ya que permite simular con mayor realismo una fuente móvil (típicamente un vehículo).



 Marcos   

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