Dentro de las cualidades del oído hay una que tiene
consecuencias de gran importancia para la audición es el hecho de que los
sonidos son capaces de enmascarar a otros sonidos.
Enmascarar a un sonido significa ocultarlo o llevarlo a
un plano donde no se reconoce o sea menor. Es interesante observar que el
enmascaramiento es una propiedad del oído, no del sonido. En un buen equipo de
audio, si mezclamos un sonido muy intenso (por ejemplo 90 dB) con otro muy
débil (por ejemplo 20 dB), los altavoces reproducen ambos sonidos en sus
proporciones originales pero el oído no percibirá el de 20 dB. Pero no es
únicamente una cuestión de intesidad, sino que el timbre de dos elementos
similares puede hacer que no se distingan correctamente.
El enmascaramiento es, en cierto sentido, un defecto del
oído, pero también es una virtud, ya que nos permite desembarazarnos de una
cantidad de información inútil o difícil de procesar por el cerebro. Una
interesante aplicación del enmascaramiento es la compresión de los datos de
audio digital, de manera de reducir la cantidad de espacio requerido para
almacenar un tiempo dado de música. La técnica se basa en aprovechar que mucha
información que aparece en una grabación de alta calidad no aporta nada a la
audición, ya que es enmascarada por otros tonos presentes, de modo que puede
eliminarse, con ahorro de espacio. Por ejemplo, si se detecta que existe un
tono de 400 Hz de 80 dB, de acuerdo a lo indicado por la curva de 80 dB de la “Imagen
1” un tono de 1 kHz y 30 dB será inaudible, y por consiguiente se puede
eliminar sin gran perjuicio para la calidad de la reproducción. Este efecto en
sistemas de compresión de datos de audio digital, como el formato MP3, y en
consecuencia, un formato comprimido no puede recuperar la calidad del formato
original dado que ya se han eliminado los datos.
Imagen 1. Enmascaramiento. Curvas de umbral de audición ante la presencia de un tono máscara de 400 Hz (según Egan, Harold y Hake). Se muestran las curvas correspondientes a los casos en que el tono máscara tiene niveles de presión sonora de 40 dB, 60 dB y 80 dB respectivamente, y en línea de trazos, el umbral de audición original. Se observa que cuanto mayor es el nivel del tono máscara, mayores el incremento del umbral, y más amplia la zona del espectro afectada.
Si observamos el efecto enmascaramiento de un tono puro
podremos ver que aumenta considerablemente el umbral de audición para aquellas
frecuencias iguales o superiores a la del propio tono. Las frecuencias por
debajo del tono enmascarante se ven menos afectadas. El margen de frecuencias
enmascaradas por un tono depende fundamentalmente de la zona de la membrana
basilar puesta en movimiento por dicho tono. El patrón de movimiento de esta
membrana se extiende más hacia el extremo de altas frecuencias (AF) que hacia
frecuencias bajas (BF). Si una determinada señal produce más movimiento de la
membrana que el tono enmascarante en ese punto, entonces podrá percibirse dicha
señal.
Imagen 2. Efecto de enmascaramiento El fenómeno del
enmascaramiento tiene muchas aplicaciones prácticas en ingeniería de audio. Se
utiliza a menudo en sistemas de reducción de ruido, puesto que permite al
diseñador asumir que el sonido de bajo nivel presente en la misma banda de
frecuencias que una señal musical de nivel alto se verá completamente
enmascarado por ésta.
Algunos ejemplos de enmascaramiento son:
Cuando intentamos escuchar a alguien que habla en medio
de un ruido muy intenso: no podemos discriminar lo que dice porque su voz es
enmascarada por el ruido. O cuando una lavadora está centrifugando y su ruido
oculta el sonido de la radio, televisión o voz que estamos escuchando a la vez.
La música funcional de los locales comerciales, los bares
y algunas salas de espera de consultorios médicos, también aprovecha el
fenómeno de enmascaramiento, posibilitando cierta “privacidad pública”, al
impedir que las conversaciones ajenas puedan ser escuchadas por terceras
personas.
Por último, también se apela al enmascaramiento en forma
inconsciente cuando se incrementa el volumen de un equipo de música o del
walkman ante la existencia de ruidos ambientes. En este caso, al elevar el
nivel sonoro de la música, ésta enmascara al ruido ambiente, permitiendo
escuchar la música en mejores condiciones.
Aplicación práctica:
Cuando un ruido enmascara lo que queremos escuchar, sería
ocultar los ruidos que enmascaran con el mejor aislamiento disponible 8cerrando
puertas y ventanas, acudiendo a un lugar poco ruidoso para hablar,…).
Cuando tenemos frecuencias que saturan en una mezcla de
audio impidiendo distinguir los sonidos, en vez de realzar las frecuencias que
queremos de cada canal, es más ideal suprimir las que sobran de cada uno para
dejar las bandas libres. Así desaturamos las frecuencias y se percibe mejor
cada sonido.
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Gracias no sabia del tema me ayudaste en mi trabajo de Neuropsicología
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